viernes, 3 de abril de 2015

Día 44

Aprieto mis puños por no gritar, me muerdo la lengua por no herir, escondo mis demonios para huir. Espeso.. el aire es denso y espeso. Despierto en un silencio agonizante, extiendo mis manos vacías intentando recoger los últimos pedazos de algo ya perdido en el tiempo. Espero.. siempre espero. Ya no quiero. ¿Puedo hacer algo más?
Ausente del exterior, me cobijo en cuclillas bajo mi árbol y espero a que caigan sus hojas. Quizás el tiempo lo borre todo, quizás el tiempo me traiga un aire distinto. Mientras, mastico la desidia, la soledad, la pena, el dolor. ¿Otra forma de sobrevivir al desastre? no la encuentro... es la misma rutina. 
Estrujo el tiempo por si queda algo en el fondo. Cierro mis labios, no quiero hablar más.. 

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