lunes, 22 de mayo de 2017

Día 53

La lluvia caía ligera pero constante. Tropezaba contra mi cuerpo como si le molestara, como un obstáculo absurdo con el que tenía que lidiar para poder llegar a la tierra y fundirse en ella. Las gotas incesantes rebotaban desde la superficie de mi piel y caían a mi alrededor. Escuchaba su sonido arrullador y musical, era como una nana que acariciaba mis oídos y me calmaba. Aparté el paraguas para sentir la lluvia sobre mi rostro. Cerré los ojos y levanté mi mentón hacia el cielo gris y opaco. Por unos minutos me sentí totalmente libre de pensamientos, totalmente despejada y vacía. Quería quedarme más tiempo así, hueca. Así podría comenzar de nuevo, podría alojar solo aquellos pensamientos o recuerdos que me hicieran sentir bien. ¿Se podría hacer? ¿Cómo introducir de nuevo mis recuerdos desechando aquellos que me habían destruido y ofuscado? Si fuese una máquina sería algo posible. Las máquinas tienen programas para eso, desechando virus, errores de sistema y mierda. Pero yo no tenía ningún programa que pudiera destruir todo aquello. Mis virus, mis errores y mi mierda iban conmigo a todas partes. Siempre había escuchado decir que todo eso es lo que hace que uno crezca, que uno se convierta en alguien definido y fuerte. Pero no te dicen que para todos no es igual. No. Que la vida es mucho más justa con unos que con otros, que algunos tienen que lidiar con enormes mierdas arrastradas durante toda su existencia y que otros ni siquiera llevan una pequeña mochila detrás. Tampoco debería quejarme, esa era la frase constante que repercutía en mi cabeza taladrando mi cerebro sin cesar día tras días para hacer más llevaderas las semanas que luego se convertían en meses y más tarde en años. No. La vida no es justa. Y cuando te das cuenta, es una mierda más que llevar encima de ti. 
La lluvia me limpiaba de todo aquello por unos minutos. La lluvia purificaba el aire y me hacía respirar de nuevo más profundo. Aquel aire limpio y nuevo me envolvía y hacía que me quedase allí sin poder mover mis pies, sin casi poder mover mi cuerpo ajado y contrariado por mis recuerdos y mis pensamientos. Si. Me quedaría así. Bajo la lluvia.