domingo, 20 de febrero de 2011

Día 20

Los días pasaban tranquilos y serenos. Sentía una paz interior anhelada desde hacía mucho tiempo, estaba feliz. Por fín conseguía verse así misma, sin escondrijos, sin sobresaltos, sin altibajos. Sin embargo, al cabo de unas semanas esa paz dió paso a un sentimiento que anteriormente había hecho huella en su desastroso corazón. Contrariamente a lo esperado al principio de notar aquella presencia, su recuerdo era tierno, dulce e indoloro. ¿Sería esta vez distinto? Deseaba con todas sus fuerzas que asi fuera. Curiosamente nunca había vivido esa clase de amor de aguas tranquilas y serenas. Hasta entonces, sus sentimientos siempre habían atravesado por peligrosos torbellinos de pasiones que la llevaban constantemente a la deriva. ¿Estaría madurando emocionalmente? ¿O simplemente era la persona adecuada para complementar su descabellado y alocado corazón? Todo aquel remanso de paz le hizo comprender tantas cosas sobre ella misma que hasta entonces no entendía... ¿Debía de estar al borde del abismo siempre para amar? El aprendizaje era tan intenso como todas las emociones que estaba viviendo. Todo estaba permitido mientras se sintiese bien, todo estaba incluido mientras fuese feliz, todo estaba demostrado mientras ella lo quisiera. Solo hacía falta que él lo supiera. Necesitaba contarle lo perdida que había estado todo este tiempo intentando vivir algo que realmente no le hacía feliz, quizás por eso no funcionó en su momento, ese sobre esfuerzo desbordandose totalmente de sí misma, esa manera de querer engullir la vida a grandes bocanadas en vez de sorber los matices sin prisa.
La distancia, el tiempo y la calma comenzaron a retomar toda la fuerza y determinación para saber lo que quería, e indiscutiblemente sabía como y con quién quería seguir su camino. Un camino malogrado por obstáculos puestos hasta entonces incluso por ella misma. Era consciente de que no sólo ella era la culpable de aquellos pésimos resultados en todas sus relaciones, tenía claro que no sólo dependía de su decisión y de aquel repentino esclarecimiento pasional. Pero sin saber por qué, confiaba, confiaba en él y en que cuando estuviese al corriente de todo, volvería junto a ella.

Había vuelto a casa, y en su casa estaba él...

"Ven conmigo... en la noche. Ven conmigo... y te escribiré una canción.."

2 comentarios:

  1. Hola Lady, me gusta tu blog.
    Esta entrada es muy bonita y habla de un gran viaje interior. Lo que pasa es que cuando llegamos a esas conclusiones, a esas determinaciones, suele ser demasiado tarde ya para volver atrás y querer "poner a alguien al corriente".
    Yo traté de hablar y volver con mi ex mujer cuando pude entender qué había pasado en mi vida y qué era lo que de verdad quería, pero ya era demasiado tarde.
    Tenía nueva pareja, le amaba a él, y no a mi, de hecho me miró como a si le planteara algo completamente impensable...
    Mientras resolvemos nuestros conflictos la vida de los demás avanza, y cambia (aunque nosotros nos hayamos quedado anclados), y en ella ya no hay lugar para nosotros.
    Ella tiene una nueva vida, en la que yo no estoy, quiere a su nueva pareja, con él ha construido ilusiones, y ahora va a tener un bebé.
    Mi tiempo con ella pasó, y por mucho que luego me di cuenta de mi error ella sí lo tenía muy claro, "nuestro tiempo se acabó, ya pasó y ya nunca voy a volver a estar contigo" me dijo.
    De todos modos la calma interior de la que ahora disfruto, la madurez y la determinación sobre lo que importa en la vida me sirve para plantearme todo lo que venga, cada día, y mirar al futuro.
    La próxima vez que ame, cuando encuentre a la persona adecuada, sabré lo que de verdad importa.
    He avanzado. Mi nuevo estado mental, mis convicciones... todo eso es sólo para mi. Y siempre lo tendré, porque cuando avanzas no hay marcha atrás.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Hola Errante, Te agradezco tú visita por mi casa y que te guste!
    Lo cierto es que la mayoría de veces es díficil y complicado una vuelta tal y como me dices. Suele ocurrir en estos casos que cuando uno se pierde demasiado tiempo o a una marcha más relajada la otra persona ya haya rehecho su vida con otra persona, problamente y en la mayoría de casos como el tuyo sea así. Pero quise quedarme con la esperanza de ese pequeño porcentaje en el que dos personas que se aman y que por circunstancias dejan pasar un tiempo, se vuelvan a encontrar y a amar.... Final demasiado feliz quizás... pero oyendo esta maravillosa canción de Norah Jones, me hizo imaginar que en algún lugar siempre puede haber dos personas que se vuelvan a encontrar en el camino y decidan seguirlo juntos. Espero que no a todo el mundo le ocurra como Scarlett y se quedé en las escaleras viendo como se va su amor para siempre dandose cuenta demasiado tarde de todo ello...

    Por lo que me comentas, tu experiencia te ha servido muchísimo para actualmente conocerte y saber lo que quieres y para eso inevitablemente hay que perder otras. Tal como dices, seguro que la próxima vez que te encuentres con alguien en el camino y sepas y sientas que es la persona adecuada ya no tendrás dudas al respecto sobre lo que de verdad te importa y será, estoy convencida algo muy especial.

    Gracias de nuevo por pasarte por aquí.

    Besos

    ResponderEliminar