miércoles, 26 de enero de 2011

Día 19

Una suave brisa de primavera acariciaba su piel. El aire jugueteaba con los rizos de su cabello desen roscándolos dócilmente mientras ella dejaba fluir su mente más allá de la realidad. No podía consentir que aquel paisaje tan hermoso que deleitaban su vista se le pasara sin más, necesitaba formar parte de él y decidió parar por un momento su discreto descapotable al borde de la carretera. Desde que era niña no había vuelto a ver un campo de amapolas tan extenso como aquel, le parecía increíble que después de más de veinte años aquella pradera siguiese igual que siempre, las mismas amapolas, los dos mismos árboles centenarios a los extremos y una pequeña muralla cerrando aquel poema floral. El asfalto de la ciudad aparecía impetuoso y poderoso frente a la armonía de antaño, esa, era la única diferencia que encontró. Sin embargo allí lo halló totalmente distinto, no le resultaba tan austero ni frío como en la ciudad, era un signo de poder con una sutileza que jamás había imaginado.
Los frágiles pétalos de las amapolas se mecían al compás del viento como si cantasen una exquisita y tierna melodía. Se sentó encima de aquel pequeño muro de piedras grisáceas e intentó dejar su mente completamente en blanco para sentir todo el potencial de sensaciones que la naturaleza le estaba ofreciendo sin interrupciones. Sólo unos minutos, tan solo unos minutos sin nada más en su cabeza que el murmullo del aire en sus oídos. Aspiró profundamente, intentando adivinar como si fuese un juego los distintos matices aromáticos campestres. Al ladear su cabeza hacia un lado creyó adivinar flores de lavanda, en otra dirección tiernos anisetes, incluso pensó adivinar en la cercanía algún pequeño afluente de agua cristalina y fresca.
Quedaban tan solo unos minutos para pasar un pequeño valle y que apareciera su pequeño pueblo donde en tantas ocasiones había vivido los veranos de su infancia. Ahora que se encontraba allí se preguntaba porque hacia tantos años que no había visitado aquel paraje. Aquel viaje hacia el pasado era lo que quizás necesitaba para cerrar su historia y volver a empezar una vida nueva. Ultimar las heridas y cerrar cicatrices en el sitio donde más feliz había sido le resultó lo más acertado y en aquel momento, entre amapolas, viento y sol se dio cuenta de que definitivamente había dado con la llave adecuada que conseguiría sellar una puerta demasiado dolorosa y abrir otra que la llevara hacia algo completamente nuevo y diferente...

"Hasta que finalmente morí, lo que hizo que todo el mundo comenzara a vivir.

oh, si tan solo, me hubiera dado cuenta que la broma me la hacía yo"

P.D.: Estas lineas están dedicadas a Silvia y a Jorge. Ellos saben... Besos!

martes, 18 de enero de 2011

Día 18

La vista hacia atrás se le hacia enormemente asfixiante. Los cambios constantes en su vida sentimental estaban afectando a todo su entorno y consecuentemente a su personalidad. Deseaba trasladarse  en algún momento feliz de su trayectoria, aparcarse allí para recuperar fuerzas y así poder volver a sentirse segura y capaz de todo de nuevo. !Como echaba de menos aquella sensación de auténtica fuerza arrolladora!  Pensó que la mejor manera de recuperarse a si misma era trazándose un plan, lo primero que le vino a la mente fue trazarse un planing de proyectos y metas a conseguir. Ciertamente, no debían de ser difíciles para comenzar, debería ir poco a poco subiendo el nivel de dificultad una vez conseguidos los más fáciles. Pequeñas dosis de conquistas y logros era lo que necesitaba para volver a creer en ella. Demasiado tiempo perdida, demasiado tiempo flotando por mundos inalcanzables, demasiado tiempo con el corazón roto, demasiado... Era el momento idóneo para poner el punto final a toda esta amargura generada por un cúmulo de circunstancias personales.
Pensar en proyectos, decisiones o metas a elegir sabiendo que era capaz de conseguir superarlas o ganarlas le resultó bastante complicado. Se conocía perfectamente, sus limitaciones, sus capacidades, y aunque muchas veces en alguna ocasión se había sorprendido de su respuesta frente a ciertas situaciones o compromisos... no era lo más habitual en ella y lo sabia. No podía correr el riesgo de fracasar en alguno de sus propósitos, si no, estaría perdida de nuevo en un circulo sin salida.
Necesitaba vaciarse de toda la negatividad que la acompañaba habitualmente, deshacerse de hábitos incómodos, librarse de la pena que constantemente vivía, escaparse del pasado y poder mirar un futuro con esperanza. Había perdido la ilusión en su futuro, y ahora comprendía que aquello le estaba afectando muchísimo, perder la esperanza en su futuro era perderse completamente. Nunca se había sentido tan perdida y frustrada como en ese momento y ya era hora de cambiar y girar su rumbo los grados que hicieran falta para lograrlo. Un día más en las tinieblas y todo sería distinto, solo un día más...

"'Thank you goodnight, now it's time to go home...